Posts etiquetados ‘Cata Vertical Roda I’

Gonzalo en plena exposición... Después de saber que vendría Gonzalo Lainez a México, lo primero que pensé es que sería una magnífica oportunidad para conocerlo en persona. A Gonzalo lo sigo desde el foro de verema.com desde hace casi diez años, pero por extraño que parezca nunca habíamos coincidido en España, mucho menos me imaginé que pudiera darse el encuentro en México. Pero no es la primera vez que sucede, recuerdo cuando conocí a Pedro Aibar, enólogo de Viñas del Vero, en una presentación de sus vinos en una cadena de tiendas especializada aquí en México.

Gonzalo se desempeña como director de exportaciones de Bodegas Roda para América. Después de solicitar por correo a Gonzalo una entrada a la cata vertical, hizo todo lo posible para que asistiera. La convocatoria del periódico era contestar una trivia y ser suscriptor del mismo. El segundo requisito no lo cumplía, además de que el tiempo ya estaba encima. Afortunadamente unas horas antes recibí la grata sorpresa de que había un lugar reservado para mí.
La concurrencia fue copiosa, como suele suceder en este tipo de acontecimientos en una ciudad tan grande como lo es la ciudad de México. Sin perder tiempo llegué a la cita puntual, aquí en México somos tan impuntuales que suelen citar media hora antes de que empiece todo. Así que llegué holgadamente para registrarme y contemplar las magníficas instalaciones del periódico Reforma, aunque ya había asistido a otra degustación años atrás.
Gonzalo me había sugerido ocupar algún lugar al frente, así que me fui a la primera fila. Su presentación fue tan clara como amena, además de revelar datos muy interesantes.

En un salón impecablemente acondicionado con manteles de cata, pan, agua, unos bocadillos, y cinco copas ya servidas de distintas añadas. Comenzó su presentación. Muy interesante, ágil y amena, debo de reconocerle su vocación didáctica. Hubo varias cosas que me llamaron la atención, yo siempre había escuchado aquello de los brix y no sé cuantas historias para que el enólogo diera la esperada orden de vendimiar. Ese día supe de otros métodos, quizás menos científicos pero sí muy eficaces. El pincel, esa parte del escobajo que va pegada a la uva debe pintar la uña del dedo, las pepitas o semillas deben ser «crocantes» es decir crujientes, sin tonos de color verde, la uva al quitarle el pellejo debe tener matices pintos y no verdes… creo que estos serían los consejos de los viejos viñadores, quienes conocen la tierra mejor que la palma de su mano.
La producción de Roda es de 300 mil botellas anuales y ocupa varios sitios en los primeros lugares. La primera bodega en usar una mesa de selección, la primera en tener piso radiante en su sala de fermentación maloláctica, esto es que el piso pueda calentarse hasta que aparezcan las levaduras responsables de este proceso. Explicaba que la fermentación alcohólica en sus 17 tanques de roble permitía la polimerización de los taninos, limar esa sensación áspera.

Habló también de los nuevos proyectos de Roda: el lanzamiento al mercado de SELA la línea económica dentro de sus vinos y de la adquisición de más de 20 hectáreas ya plantadas y otras tantas de bosque en Ribera del Duero para vinificar la nueva marca: CORIMBO que en botánica es el fenómeno que se da en algunas plantas cuyas brotaciones florales están a la misma altura, como en el caso del cardo, emblema de la empresa. Espero con ansias probar esa primera añada de Ribera.

Después se refirió a las añadas que teníamos en el mantel. El quería deleitarnos con una vertical de 14 añadas… ¿Se imaginan que festín? Por desgracia la nutrida concurrencia y los tiempos no le permitieron más que una selección de cinco añadas: 95, 99, 01, 03 y 05. Parafraseando apuntaba que al elegir las mejores añadas hubiera sido tanto como montar un show, así que demostró las bondades y las inclemencias del clima que hacen sufrir al enólogo y a todos quienes trabajan en la bodega, además de las marcadas diferencias entre una añada y otra. Aunque su precio sea el mismo.

Roda I 1995: tostados, fruta roja en sazón, de taninos mullidos y buena acidez, una demostración de que estos vinos pueden evolucionar dando excelentes resultados. Roda I 1999, un año complicadísimo, 36 días por debajo de 0°C durante el invierno con una precipitación de 478,6 mm en el año vinícola, hasta ahí todo va bien… Después llegó el desastre una luna llena, ni una sola nube en pleno abril dieron como resultado una terrible helada de -4,5°C, esto hizo que los brotes se perdieran, así que atrasó el ciclo. Resultado: un vino poco expresivo en nariz de taninos muy presentes y discreto, el menos complejo de los cinco. El Roda I 2001 fue una historia muy diferente, el clima no pudo ser mejor. Madurez perfecta, 473 mm de precipitación, invierno lluvioso, primavera seca y calurosa. Corrimiento de flor, racimos sueltos, verano con humedad suficiente y para rematar un excelente otoño. Un vino firme, buen tanino, aromas a fruta negra y chocolate, final mineral. Roda I 2003, de esta añada se ha hablado de sobra, mucho calor, cuando en Haro difícilmente se rebasan los 30°C en verano, ese año hubo 15 días seguidos con más de 40°C. Es un vino goloso, fruta confitada, alcohólico… digno ejemplar de Toro, aunque debo decir que no me desagrado. Por último Roda I 2005 este año quienes no vendimiaron antes del 12 de octubre estuvieron en graves problemas debido a la lluvia. Vino joven de tanino rugoso con mucho chocolate amargo y fruta negra, estoy seguro de que unos añitos en botella lo convertirán en un gran vino. Hasta aquí la cata, yo me quedé esperando el Cirsion pero a cambio de éste nos pasaron una vasija con un poco de aceite de oliva Dauro, el mejor aceite de oliva en 2010 en España. No soy muy entendido en aceites, pero me ha gustado mucho remojado en un pan. Poco tiempo para charlar ya que al otro día iba de regreso a casa. Desde aquí mi agradecimiento por haber logrado que me colara a tan interesante cata vertical.