Archivos para abril, 2009

A raíz de mi «experimento» que reseñé en mi entrega sobre el supuesto Pétrus apócrifo, busqué la página de la bodega. Al no encontrar la web oficial de Chateau Pétrus llegué a otro sitio distinto, pero al ver el apellido Mouex, me animé a escribirles un correo para despejar dudas sobre la botella de Pétrus 2001. En mi correo pregunté dos cosas: ¿Las botellas del 2001 sin el «código secreto» son falsas? y por otro lado: ¿La bodega puso a la venta su famoso vino en 1991?
Esta fue su respuesta:

Apreciado Señor Berjón,

Le agradezco su correspondencia del pasado 13 de Abril 2009 y puedo afirmar que no hay ningún código en la etiqueta de Château PETRUS, Pomerol 2001. Si puede enviarnos una fotografía ampliada, particularmente de la esquina baja a la izquierda de esta etiqueta, podríamos entonces responder con exactitud.
De mas, 1991 es efectivamente la última cosecha en la que no se produjo vino de Château PETRUS, Pomerol.

Recibe un cordial saludo,

Christian MOUEIXcristian_moueix_web2

Escribe el mismísimo Christian Moueix, cosa que agradezco, además de haber respondido en español. Son dos detalles que hablan de su categoría. Afortunadamente leí la respuesta que esperaba, y eso me deja más tranquilo. De todas formas no creo que tenga muchas opciones para cambiar la botella o recuperar mi dinero. Por otro lado pude ratificar mis sospechas de que en 1991, Chateau Pétrus no salió a la venta; las terribles heladas hicieron que se perdiera gran parte de la flor. No sé francés, pero todo me indica que «Socrato» cató esta añada. Una vez más compruebo que no todo lo que se publica en internet es necesariamente cierto, esto partiendo de que el correo que contestó el sr.Moueix procede de una fuente fidedigna.

En otro orden de ideas; me encontré por la red con un personaje bastante singular, que tiene facha de todo menos de sumiller. Se trata del uruguayo Charlie Arturaola, muy dedicado a la farándula y a las fiestas de etiqueta, así como a los festivales internacionales. Este sumiller es uno de los protagonistas en una película titulada:EL Camino del Vino, la trama me recordó mi entrega sobre la anosmia, pero en este caso Charlie Arturaola lo que pierde es el paladar. He visto el trailer donde también aparece el famosísimo mr. Michael Rolland, y puedo decirles que por lo menos se ve divertida. No tengo idea de cuándo se estrenará o si ya se estrenó.

Por si fuera poco, después de estos últimos días de tensión, esperando los reportes del secretario de salud y cualquier otra noticia sobre la influenza porcina. Ayer a medio día hubo un temblor en México y sus alrededores de 5,7 grados en la escala de Richter, con epicentro en las costas de Guerrero. En realidad hubo menos daños de los que parecía haber causado. Pero para mucha gente fue el principio del Apocalipsis.
Después de analizar el progreso de la influenza porcina, la Organización Mundial de la Salud, desde ayer ha incrementado el nivel de alerta de 3 a 4, en una escala de 6. Se han suspendido las clases a nivel nacional. La gente a pesar de la paranoia inicial, ha estado en calma. Pero como dice el dicho: «No hay mal que por bien no venga», o sino pregúntenle a los fabricantes de tapabocas, que han hecho su agosto vendiendo su apreciado producto como nunca se lo hubieran imaginado.

tienda-lopez-h2Esta Bodega me trae muy buenos recuerdos, las dos visitas que he hecho han sido inolvidables, no sólo por sus peculiaridades y sus grandes vinos, sino también por la hospitalidad de María José López Heredia. En 2005 tuve la oportunidad de ver la construcción de la nueva tienda, obra de la arquitecta británica de origen Iraquí Zaha Hadid, ganadora del Premio Pritzker 2004.
Me acaba de llegar un correo de la bodega con un enlace, que quiero compartir. Se trata de un nuevo proyecto de María José López Heredia de promoción mediante la investigación. Una bodega con tantos años de tradición, tiene mucho que contar. Pero mejor los dejo con el enlace.

Ayer como cada viernes, último de mes, nos reunimos mis amigos enófilos y yo para catar 6 vinos rosados españoles. No hubo sorpresas. Los rosados han sido considerados por la mayoría de la gente algo así como seudovinos, poco más que un refresquito de fruta roja. Es difícil defender los vinos de bajo precio, sobretodo si tienen tan mala reputación. Los primeros rosados que recuerdo eran los de Anjou, dulzones y de poca acidez. Nada que ver con lo que se puede encontrar en otras zonas del Valle del Loira.

La reunión no fue tan rosa, estuvo dominada por un tema de salud cuya gravedad ya hace que se sienta un vacío en el estómago. El jueves por la noche anunciaban las autoridades sanitarias un brote de virus de influenza, cuya variante porcina, había cobrado ya 60 muertes, 40 de ellas identificadas con el virus. El caso es grave y sería imposible no mencionarlo, se han tomado medidas que jamás había visto: cerrar estadios de fútbol, el Auditorio Nacional, suspensión de clases en escuelas públicas y privadas etc., etc. Creo que este fin de semana me la pasaré encerrado en casa con un tapaboca. Quiero mencionarlo como una especie de catarsis, y alejar rosados-espanoleslos malos espíritus. El buen humor no debe faltar, y menos en estas condiciones.

Siguiendo con la cata, los vinos fueron: Monte Castrillo 06, de Torremilanos, bastante cansino, con apenas rastros de fruta que quedan de su juventud. Porque otro tema son las añadas de estos vinos que llegan a México. No es posible que la añada más joven que encontré sea la 2007. El segundo: Herederos de Riscal, un vino con aromas de reducción que en toda la noche no se limpió del todo, y que además la añada me fue imposible de encontrar en la etiqueta ¿tiene?. El tercero el Emina 2006 un Riberita bastante sugerente con mucha fruta roja; frambuesa y grosella, aunque le faltaba acidez. Seguimos con un Protos 2007, bastante alcohólico para mi gusto. El penúltimo un Decasta 2006 de Miguel Torres bastante frutal para su avanzada edad. El último de López Heredia, es un rosado, aunque no sé si por la viura podríamos llamarle rosado o mejor clarete. De lo que no hay duda es que es un vino profundo y complejo, la añada 1995, sí, para los poco crédulos tiene 14 años, y está como para otros 10 años o más. Rompe con los parámetros de los rosados jóvenes y frutales. Es una lástima que no llegue a México, pero por fortuna me queda más de una caja.

¿Idioma o costumbres?

Publicado: 23 abril, 2009 en Reflexiones
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copabandComo vengo haciéndolo desde hace poco, hoy metí las narices por diversos blogs de vino, tanto en español como en inglés. Me encontré con WineBiz News de Babara Keck, esta periodista que empezó a escribir a la corta edad de 15 años y que después fue consultora de mercadotecnia. Escribió recientemente en su blog sobre el mercado de habla hispana en EE.UU. La importancia de llegar a este es crucial, ya que de los 400 millones de hispanoparlantes, 45 millones viven en ese país. Ella hace hincapié en la forma de acercarse a este grupo «minoritario», poniendo especial énfasis en el idioma. Los anuncios de vino en español son un buen comienzo, ya que mucha gente hispana a pesar de tener mucho tiempo viviendo en EE.UU no habla inglés. Pero no es suficiente, ni tampoco la única barrera, hay otra más difícil de salvar. Si revisamos un poco la historia de hispanoamérica; fuera de los argentinos, chilenos y uruguayos, el resto no bebe grandes cantidades de vino como para pensar en clientes potenciales en masa. ¿Cuántos restaurantes de comida típica del: Salvador, Honduras, Colombia, Perú… que tengan como elemento vertebral el vino, conocemos?. Así que gran parte del escaso consumo es precisamente una cuestión cultural. Aunque como aquel viejo dicho: «donde fueres haz lo que vieres» la gente se ve influida por el medio que le rodea, donde vive.

Aquí en México la comida rápida se ha vuelto cada vez más anglo: Hamburguesas, hot dogs, nachos, pizzas… algo que hasta hace unas décadas, sin ser completamente ajeno a nuestra cultura, no representaba más que una pequeña parte del consumo callejero. El mexicano prefería: tacos, tostadas, tortas, gorditas etc., No soy consultor en mercadotecnia, pero es palpable que el TLC (Tratado de Libre Comercio) ha dejado algunas secuelas. Así podríamos pensar que si el consumo de vino en norteamérica va en aumento, como lo indica la OIV, podemos vaticinar que esto repercutirá tarde o temprano en algunos grupos que no necesariamente son consumidores tradicionales de vino. China es un buen ejemplo.

Los dichosos sulfitos

Publicado: 19 abril, 2009 en Reflexiones, Vino
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El dolor de cabeza después de beber vino, es más común de lo que suponemos. Se ha dicho hasta el hartazgo que la causa principal son los sulfitos. Poniendo en duda esta teoría, me di a la tarea de buscar las diferentes causas. En primer lugar es necesario partir del hecho de que cada organismo es singular, por lo tanto reacciona de diferentes formas a los estímulos. Hay personas más sensibles a los sulfitos que otras. Existen causas vasculares que desafortunadamente son hereditarias. Pero aun cuando los norteamericanos lo advierten de manera evidente en cada una de sus etiquetas, (por ley). Los sulfitos han estado presentes en la industria vitivinícola por más de 2000 años, como «conservadores» del vino, esto es para que no se echen a perder antes de tiempo. De otra forma los vinos se convertirían en vinagre mucho antes de poder deleitarnos con el resultado de su lenta evolución.
Conozco gente que inevitablemente debe ingerir dos analgésicos antes de probar una gota de vino, ya que de otra forma no sólo aparecen los dolores de cabeza sino una fuerte migraña, que los deja fuera de combate por varias horas.
En lo personal mis esporádicos dolores de cabeza vienen acompañados con algunos síntomas de deshidratación. Esta regla se cumple cada vez que bebo vino y poca agua. Sin pretender imponer mis reglas, debo decir que mi dosis ideal es una copa de vino por dos vasos de agua, así reduzco de manera drástica la posibilidad de tal efecto. Así que lo pongo como una hipótesis en la mesa de debate y no como un dogma, quizás alguien tiene por ahí una historia diferente que contar.

Miscelánea

Publicado: 17 abril, 2009 en De todo un poco
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6852c80782194104Ayer después de las 13:20 hora de México (Centro), llegó el presidente cuadragésimo cuarto de los Estados Unidos de Norteamérica. Sin duda el hombre más poderoso del Mundo, basta leer cualquier periódico mexicano para darnos cuenta del imponente despliegue de seguridad alrededor de él. No voy a hablar de política, ya que junto con la religión son dos temas muy escabrosos, que desde un principio decidí no tocar en este blog. Yo pensaba contarles qué vinos se sirvieron en el Museo Nacional de Antropología e Historia, donde tuvo lugar la cena de gala que nuestro presidente brindó al importante e influyente jefe de Estado, junto con otros cien gorrones. Pero como no soy periodista para tener libre acceso a esa información y revisando algunos periódicos no he encontrado n-a-d-a de n-a-d-a. Apenas sí se menciona la comida, que consistió en: camarones con pico de gallo, filete en salsa molcajeteada, nopalitos asados con calabacitas rellenas y de postre barrilitos higo con salsa de zapote y garabato de chocolate con algunos buches de «vino de mesa» y margaritas, sin más especificaciones. Espero que el vino haya sido algún blanquito amaderado, de los que abundan en el mercado, no sólo mexicano, sino en todo el globo terráqueo. Esto por seguir con los gustos de Barack Obama, cuyo debut en esto de los vinos ya como presidente, lo hizo con una cajita de chardonnay de Kendall-Jackson, regalo del dueño de la bodega.
Analizando la pobre imagen de muchos extranjeros sobre México, no cabe duda de que hacen gala de mucho desconocimiento. Navegando por la red, me he encontrado varios blogs sobre vino mexicano escritos por norteamericanos, es el caso de The Cantress, escrito por Christie Grabyan, que describe en su entrada «Vino Méxicano» su mayúscula sorpresa al darse cuenta de que aquí hay más que cerveza Corona, que dicho sea de paso, es una excelente cerveza. Pero que no es ni de cerca el espíritu de las bebidas nacionales. Esta marca se bebe por miles de litros en el Spring Brake. No me rasgo las vestiduras defendiendo la industria vitivinícola, creo que los derroteros que han tomado no son precisamente de mi agrado. Mucha madera y precios muy altos. Estar tan pegado a la frontera con EE.UU. nos hace presa de la mercadotecnia y las malas prácticas del vecino país.
Hablando de vinos mexicanos, el miércoles comí con un amigo, que me presentó al dueño de uno de los restaurantes de más éxito en la ciudad. Se trata de un lugar especializado en cortes finos, cuya carta de vinos reclamaba una urgente renovación. El dueño me enseñó la lista de lo que pretendía ofrecer, se trata de vinos mexicanos «premium», de esos de muchos puntos dados por quién sabe que guru. Todos rebasan los 30 dólares, ¿pero los valen?. Ultimamente he probado tan poco que valga la pena y menos a esos precios. Por esta razón fue una sorpresa muy grata volver a probar el Mogor Badan aunque esta vez se tratara del 2006, vinificado con cabernet sauvignon, bastante limpio, honesto y con un aroma a fruta negra y una nota de menta muy sabrosa. No pregunté el precio, prefiero quedarme con la duda, y probarlo cada vez que pague un amigo. Es fin de semana y con este calor se antoja echarse un clavado a la alberca y desorchar un buen riesling del Mosela. Después de algunos problemas con otro video, los dejo con un clásico y dos grandes de la música mexicana.

La anosmía es el término médico para la pérdida o disminución del olfato. Algo terrible si se gana uno la vida con este sentido, como en el caso de enólogos, sumilleres, perfumistas y chefs. Realmente no conozco a ningún personaje famoso dentro del mundo del vino que haya perdido el olfato por completo. Aunque no olvidemos que podría quedarnos como último recurso nuestra memoria olfativa. Hace tiempo en una charla de café, de esas charlas donde se habla de todo sin rigor alguno, escuché hablar de un catador que después de varios años en la práctica perdió el sentido del olfato. A pesar de su desgracia, él siguió trabajando gracias a su memoria olfativa, yo me preguntó que hacía cuando aparecía alguna botella corchada o algún problema de bret. La sugestión en nuestros sentidos puede ser muy poderosa viniendo de gente calificada, pero el olor a corcho es bastante fuerte como para dejarlo de lado. La memoria olfativa nos remonta al pasado, cuántas veces un aroma nos recuerda la niñez, es tan poderosa que nos puede hacer pensar en aquel pastel que preparaba la abuela, o en algún perfume especial en la casa donde vivimos de pequeños. Además de la pérdida total, exista la anosmia específica, cuando se dejan de percibir sólo algunos olores. Dejar de percibir aromas pestilentes resulta atractivo pero puede ponernos en riesgo. Se imaginan cuánta comida en mal estado comeríamos, o dejar de percibir una fuga de gas. Creo que nos queda muy claro la importancia de este sentido. Así como a llja Gort, dueño de Chateau de la Garde en Burdeos, cuya preocupación por padecer anosmia lo llevó a asegurar su nariz por ocho millones de dólares.

Hablando de este personaje, los dejo con un video de la cosecha 2008, más que informativo es un comercial de esta bodega.


¿Falsa o no?

Publicado: 8 abril, 2009 en Libros
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dibujoEl año pasado leí «The Billionaire´s vinager». Un libro que disfruté mucho ya que trata un hecho real de manera novelesca haciéndolo muy entretenido. En él desfilan varios personajes dentro del mundo del vino, unos muy conocidos, otros no tanto: Michael Broadbent, director por muchos años del departamento de subastas de vino en la casa Christie´s, Serena Sutcliffe (Sotheby´s), Robert Parker, Hardy Rodenstock,(expublicista y promotor musical), William Ingraham Koch, (petrolero y coleccionista de vinos), entre otros muchos. A raíz de las andanzas de Rodenstock, el comercio de botellas de añadas del siglo XIX, ha sufrido grandes descalabros. Las pocas botellas que quedan, la gente no las compra por temor al fraude. En la pag. 207, casi al final dice muy claro: «Starting with its 1988 vintage, Chateau Pétrus became one of the first winemakers to take steps specifically to combat counterfeiting, introducing a label containing a hidden code visible only under ultraviolet light». Bastante escondido o debo de aceptar que he sido timado. Acabo de meter a mi bodega una lamparita de luz ultravioleta esa que se usa para los billetes falsos, y he puesto a prueba un Pétrus 2001. No aparece ningún código. La compré en una tienda en EE.UU., una tienda a la que que no he vuelto. Fue mala idea comprobar su autenticidad, ahora tengo más dudas que antes.
Y hablando de falsificaciones, o más bien de sitios en la red que han sido ocupados, no precisamente por quienes debieran tener el dominio. Me acabo de meter a chateaupetrus.com y resulta que no es el famosísimo Chateau. Si alguien tiene el sitio se lo agradeceré, mi intención es despejar mis dudas directamente en la bodega.

Diseño de Cavas

Publicado: 3 abril, 2009 en Reflexiones
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No sé si he llegado tarde a este negocio, o quizá nunca ha habido suficiente demanda de bodegas de vino en este país, y en un año como éste, es muy probable que no me vea muy ocupado diseñándolas. La verdad es que más allá del hueco debajo de la escalera, pocas personas son las que procuran tener un lugar específico para guardar sus vinos por mucho tiempo para que evolucionen a favor, y puedan disfrutarlos plenamente. Hasta hace poco no existían en México las cavas eléctricas, fueron apareciendo por goteo, y hoy en día, no es que haya mucha oferta pero sí hay alguna variedad; desde las 12 botellas hasta más de 200. Para colecciones pequeñas y medianas, eso es mucho más práctico que cavar un agujero, aislarlo, mandar a hacer los botelleros con un carpintero; que prometerá tenerlos listos en una semana, aunque tarde un mes. Y una vez construida nuestra obra maestra, nos damos cuenta de que no da la temperatura ni la humedad adecuadas. Así que a poner más capas aislantes y comprar un equipo de refrigeración. Después de toda esta parafernalia pensamos que nos hemos gastado mucho dinero, sin saber, que llenar la bodega es aún más caro. Entonces es cuando el arquitecto diseñador de bodegas entra en acción y debe de resolver todas las vicisitudes para que el cliente sólo se enfrente a una persona y no a diez. Mejor aún, para que disfrute viendo al arquitecto como se retuerce mientras el cliente,  sólo mueve la cabeza y amenaza con no pagar. Es una garantía contar con un servicio integral. ¿Pero estamos preparados en México para esto?. Aquí generalmente contratamos al «mil usos» para después quejarnos amargamente de la bazofia de trabajo entregado. Dentro de esta mentalidad tercermundista y por otro lado de economía obligada. Me decía un amigo alemán, que no entendía a los mexicanos, que todo lo queremos arreglar con un alambrito: el espejo del automóvil, una silla, la puerta… Y eso hace que la economía se estanque, ya que el consumo no tiene el mismo dinamismo como en otros países donde todo lo que no sirve se tira a la basura. Puede que tenga razón, pero este año de crisis, creo que me quedaré con el alambrito otro rato.
Tengo en la mesa de proyectos dos cavas: una de 1500 botellas y otra de 1000, ambas están esperando a que el cliente se decida. Para colmo se atraviesan dos semanas de vacaciones, donde todo mundo está pensando en viajar y beber, en vez de construir cavitas.
Aquí una muestra de las sensaciones causadas en una buena cena, y tener que levantarse para ir por una botella… Pero no es una botella cualquiera, es un Latour 57…

Anti-vino a mano armada…

Publicado: 1 abril, 2009 en Reflexiones
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antivino-a-mano-armada3Sin dejar de lado el goce de poder escribir para otras personas y poder hacerlo de manera libre y sin ninguna atadura, más que en el caso del respeto a la política de cada blog. Me siento hasta cierto punto obligado a echar un vistazo a lo que escribe la gente en la «enoblogosfera», sobre todo los dedicados al vino y la gastronomía. Para mi sorpresa hay mucho de donde escoger, hay gente que lo lleva de manera muy profesional y otras no tanto, pero al final cada quien es libre de escribir lo que le plazca. Es así como he llegado a otros blogs de entusiastas del vino en México. Me llama la atención el de Rafa Ibarra, por su frescura y la pasión que contagia. Allí he visto el cartel: Anti-vino a mano armada, me ha hecho mucha gracia, ya que siendo víctima en más de una ocasión de abusos por parte de tiendas, restaurantes y wine bares, jamás se me hubiera ocurrido tal campaña. Al final todos pierden ya que el consumo es mucho menor que si vendieran el vino ponderando el volumen y no los altos precios. La última vez que me sentí asaltado, fue hace unos meses, cuando fuimos mi esposa y yo con otra pareja a cenar a un restaurante de mucho postín. Yo francamente no me acuerdo que botella llevaba, ni siquiera me acuerdo si era tinto o blanco, pero sí puedo asegurarles que no valía más de 20 verdes. El mesero, al ver que sacaba mi botellita, se acercó de manera disimulada, y me dijo susurrando al oído: ¿Ya le dijeron lo que vale el descorche?. Ante tal pregunta me imaginé lo que venía después. $500 pesos (35 US dlls). Indignado volví a meter la botella en la bolsita de neopreno y le pedí la carta de vinos. Para muchos restaurantes debe ser una pesadilla que alguien llegue con las mismas botellas de la carta, y que encima quieran desorcharlas casi de forma gratuita. Pero este no era el caso. La carta de este lugar en particular tiene dos o tres cosas interesantes pero a precios de extorsión. Así podría seguir hablando de muchos restaurantes donde pocos escaparían de la lista negra. Para completar el cuadro debo decir que los que más cobran casi siempre deja mucho que desear su servicio. Cuando no son las copas, es la temperatura a la que se sirve, la falta de oficio para descorchar etc., etc., También me ha hecho gracia de este cartel que va dirigido a los restaurantes. Qué hay de los bares de vino y algunas tiendas, y algunos productores. Claro que al final donde más inflán los precios son los últimos de la cadena. ¡Ojalá! y sólo como una inocente petición los precios bajen y el vino corra por las copas de todos quienes bebemos vino fuera y dentro de casa.