Archivos para octubre, 2022

Vinos de la noche

Seguimos en este mes con vinos mexicanos, en esta ocasión el valle de Guadalupe. La oferta se ha ampliado exponencialmente, sin duda beneficia al consumidor, aunque, como suele suceder deja confundidos a los consumidores: a mayor oferta menos certezas a la hora de las compras.

Saga Sauvignon blanc 2021 de la bodega Maglén Vinícola. Color amarillo pálido con destellos verdosos, primer golpe en nariz: piña verde y notas de hierba recién cortada, después de unos minutos en reposo aparece cera y paja mojada. En boca es tímido al principio, plano, falto de acidez y final mineral. Un vino desenfocado en boca.

El primer tinto: Saga Petit verdot 2018 con 13,8% de alcohol que se notan desde el primer trago. Un vino de capa alta. En nariz cerezas en licor, ciruela madura y una nota de heno. En boca tiene buena entrada, amargo y de taninos muy presentes sin lastimar la lengua. Sin pena ni gloria.

Saga Nebbiolo 2019. Huele a fruta negra, grosella y una nota especiada; pimienta blanca. Equilibrado aunque de tanino bastante limado.

Balché Siete 2009. Color ocre velado. Huele a refresco de cola, pacificados barro, y tierra mojada, le falta nervio. Me ha dejado boquiabierto el tiempo de crianza: 40 meses, no recuerdo haber visto tan prolongada crianza, por lo menos no en vinos mexicanos. Quizás trece años sean ya suficientes para empezar a bajar la colina. Nada que justifique su precio, ni siquiera esos 40 meses de crianza, que al final merman la fruta y si es madera nueva maquillan el vino. Francamente en 40 meses no sé que pueda pasar con el conjunto.

Duetto 2015 de Bodegas Santo Tomás. Con 12,5% de alcohol como se hacían antes los buenos vinos, sin tanto extracto ni sobre maduraciones excesivas. Nariz a pimienta negra con una notita mentolada muy sabrosa. Tanino, acidez y alcohol en armonía, aunque es evidente que le falta vidrio; 7 años no han sido suficientes, habla de un vino de larga guarda, otros 3 añitos quizás le vengan bien, aunque yo creo que decantado lo puede hacer más sedoso y profundo. Otro signo de que es un vino de larga guarda es su cocho, más largo que el promedio. Así llegamos al final, aunque aseguró que habrá más mexicanos la próxima cata.