Archivos para febrero, 2014

Copa corcho Una vez más estamos reunidos en torno a seis vinos, esta vez con la invitada de honor; la uva syrah o shiraz, dependiendo del país. Así en: Francia, España, Italia y otros países europeos se denomina Syrah en Australia y Sudáfrica como Shiraz, salvo las diferencias por la geografía, que dicho sea cada vez son menos, se trata de la misma cepa. Una uva adoptada por muchos países alrededor del orbe, no hay duda de que está de moda; con sus aromas especiados a pimienta negra, su astringencia y sus colores profundos, hacen vinos apetecibles. Sin olvidar los grandes clásicos del Ródano, aunque estos últimos nunca vienen como varietales. He aprovechado para traer algunos ejemplares de aquí y de allá. Empezando por un mexicano, que irónicamente es el de precio más alto, arriba de cuatrocientos…, aunque debo reconocer que nos ha dado una grata sorpresa.
Se trata de MD Vinos Syrah 2006, aromas intensos y limpios a ciruela en sazón y una nota de sandía de fondo, en boca es frutal, aunque su caracter lo definiría como térreo, de final mineral, después de un rato su nariz da membrillo. Repetible… O quizás hasta para guardar tres botellitas en la bodega.
Después llega uno de Sudáfrica, Stormhoek Shiraz 2005, tiene un tufo a barrica sucia, sulfuroso, con un poco de aire huele a granos de café, notas de humedad, fruta roja pasada, en boca se nota algo de aguja, acidez justa y final plano. Un inmemorable con causa.
Finca Antigua Syrah 2009 Color bastante oscuro, capa alta, aromas a fruta negra, pimienta negra, boca amplia, final largo y astringente. Bastante áspero. ¡Paso!
Mandrarossa Syrah 2010 Un vino italiano que al principio huele a chocolate amargo y cerezas. En boca es redondo, aunque al final tiene una arista alcohólica bastante incómoda, final amargo. ¡Paso!
Montes Alpha Syrah 2009, un viejo conocido chileno, que me recuerda una tarde en Colchahua, un domingo bajo una parra vieja y copas gordas… Huele a higos, bastante volátil; fósforo, boca mineral, de final áspero. El olor mejora y en boca no está mal. repetible. Vino moderno sin muchas pretenciones.
Ópalo Syrah 2006, un argentino que está presente en muchos mercados, yo lo bebí por primera vez en Londrés y me gustó mucho. Aromas a lavanda, un poco alcohólico y astringente, con más vidrio o una buena decantada mejorará. Repetible.
La foto de arriba muestra las virutas de corcho que han quedado después de una serie de intentos fallidos de nuestro amigo René. Ni hablar suele pasar, un incidente menor que se agrega a la lista. El noveno desde 2011. Hasta la próxima.