Archivos para septiembre, 2012

Alcohol de menor 13.0 a mayor 14.5...

Alcohol de menor 13.0 a mayor 14.5…

Volteando hacia la tierra de los canguros con cierto esceptisismo, metí al carrito seis shiraz. Esos alcoholes altos y taninos rugosos de la cata pasado me sentaron bien, así que quise repetir la experiencia con los vinos de esta tierra, plenamente identificados con esta uva.

Empezamos con un riesling Kabinett de Superama, aprovechando la corta temporada de productos germanos. Los primeros en llegar lo probaron. Anselmann Riesling 2011. Medido bajo el rasero de esta categoría y con sus 11 grados de alcohol es algo subido de precio, 180 pesos. Guanábana, níspero y algo de flores indefinidas. Es abocado pero con una ausencia de acidez que lo hace un poco fofo.

El primer tinto fue para mi el mejor. Repito; para mi. The Little Pinguin 2011 un shiraz discreto, color rubí capa baja, grosella con notas térreas, buen paso y con suficiente acidez, sin mucho extracto y a un precio que lo hace aún más atractivo, 130 pesos. Quizá no entra en los que refleje mejor la tipicidad de la shiraz, si es que todavía existe eso.

Rosemount shiraz 2010. Uno de los vinos australianos más conocidos en México. Con su botella de extrañas formas geométricas en su base. Humo, pimienta negra, tánico y algo tosco. No más que decir.

Shiraz Katnook Estate 2005. El primer golpe es de granos de café tostado, después da algo de fruta negra y ahumados, para muchos redondo y de posgusto largo. Repetible.

Greg Norman Lime Stone Coast 2007. Empezamos en 13 grados de alcohol y ahora ya vamos en los 14.5 con este vino y los dos posteriores. Vino potente de buen ataque y a diferencia de los anteriores algo mineral.

De la legendaria bodega Pendfolds. Bin 128 2010 con 12 meses de roble francés es tánico, fruta negra con notas mentoladas y de uva pasa. Dos raras coincidencias en un mismo vino.

Para rematar otro Pendfolds. Bin 28 (Kalimna) 2008. Con una buena cantidad de sedimento, muestra del poco filtrado para su edad. Muy semejante al anterior, pero qué digo al anterior… Ha sido una cata con aburridas semejanzas, con excepción del primero que fue un blanco, menos mal, y del primer tinto de corte más sutil. A pesar de que este último tiene la misma crianza pero en roble americano.
Hasta aquí con los syrah. Veré si para la otra encuentro en los anaqueles algunos ejemplares de syrah español, que tengo muchas ganas de probar.

¿Bueno y poco…?

Publicado: 15 septiembre, 2012 en Reflexiones
Etiquetas:

Ahora que soy abstemio sin alternativas por corta temporada, ya que los dos últimos ataques de gota han hecho sus estragos, es tiempo de reflexionar y hacer un alto en el camino. Lo primero que me pregunto es ¿Cuántos vinos han pasado por mis sentidos sin dejar huella…? Vinos que no merece la pena haberlos comprado y mucho menos probado. Ya sé que para muchos es parte de la exploración hedonista, pero no deja de ser causa de que al final ese ácido úrico se acumule y ya no pueda salir. Para quienes tenemos la desgracia de no metabolizar lo que se tenga que metabolizar. El caso es de que hoy prefiero haber bebido más de Alsacia, de Borgoña de los buenos burdeos, de los clásicos riojas… y dejar un poco los Concha y Toro…

También percibo dentro de esta supuesta moda de beber vino, y sobre todo comprar botellas estilizadas de bonitas etiquetas, que luzcan en la mesa y cuyo brebaje a veces es más oscuro que una cueva, la intención de manifestar a toda costa el estatus social y si a esto sumamos los más de 14 grados de alcohol que acostumbran los productores a depositar dentro de sus botellas, se cierra el ciclo… Muchos pensarán que ya no necesitan de bebidas espirituosas para ponerse a tono.

Hoy es 15 de septiembre y habrá muchos descorches. Yo no sé si descorcharé algo… si lo hago se los comento, si ha valido la pena, de otra forma para qué.

Foto extraída de banco de imágenes gratuitas

Post sin foto

Publicado: 4 septiembre, 2012 en Reflexiones, Vino
Etiquetas:

Acostumbrados a las imágenes ya sean fotos, video y también sonido, nos parece incompleto algo que no vaya acompañado de estos elementos sensoriales. ¿Cuánto hemos invertido en mejores imágenes y video…? Más megas, más pixeles…no lo sé, pero trasladado al vino, desde que se sirve en la copa empezamos a descubrir su color, siempre que la luz lo permita, su fluidez o viscosidad, su aroma, y por último su textura en la lengua y su sabor.

Pero qué nos dice su color… ¿Qué tiene que ver una bonita copa? ¿Un moderno descorchador? ¿Un carísimo decantador? ¿Serán ya demasiados artilugios distractores? o ¿Tienen un lugar muy especial al momento de gozar una copa de vino? Son  inocentes preguntas que no tengo respuesta, estoy en un momento que no sé que es verdad y que es espejismo, debo separar el trigo de la paja.

El martes estaba escogiendo unos vinos, y de repente entra una señora pidiendo un cabernet sauvignon tinto. El encargado se queda callado. La señora pregunta ¿O hay de otros…? Sí, contesta el otro muy firme. También hay rosados. ¡Mira nada más…!

Y uno que trata de ir más a fondo. Saca la cámara… o mejor el micrófono.

La syrah está de moda…

Nada especial a pesar de cumplir 160 catas, aunque tampoco hay que hacer menos a la uva syrah, una variedad tan de moda que prácticamente todos los países la vinifican… Quizás Alemania y Austria no cuenten con el clima adecuado para estos experimentos. Si saben de algún vino desmiéntanme…

Entrando a la era verde, hemos estrenado manteles de cata plastificados para ahorrar árboles derribados. Creo que van a funcionar muy bien, era una pena tirar a la basura tantos manteles de papel inmaculado.

Quienes llegaron temprano pudieron probar un espumoso de categoría de refresco de sabor a cítricos de burbuja casi imperceptible. Brut Blanc de Blancs Viña Casa Blanca color amarillo pajizo con reflejos verdosos, calizo y cítrico, ligero y escurridizo, al final no queda más que un refresquito en la copa. Inmemorable con causa. Por cierto he olido la botella dos días después y me recordó los lagares en tiempos de fermentación, sin llegar a picar la nariz.

El primero de la noche fue un Solo Syrah 2006, de Marqués de Griñón. Piedra de río, arándanos bien maduritos y notas lejanas de albahaca. De final tánico y un poco amargo. No está mal.

Nerola 2004 con el 80% syrah y 20% monastrel. Una decepción; fugaz con aromas a jarabe para la tos, mermelada de frambuesa, a media boca se va, para no dejar ningún recuerdo.

Montes Alpha syrah 2007. Sus 14,5 grados de alcohol por momentos se asoman haciéndolo un vino pesado y torpe. Humo, fruta negra, nada que mueva a comprar otra.

El siguiente fue otro vino del Cono Sur; un Emiliana Syrah 2002, del viñedo de Cachapoal. Un vino que huele a madera vieja, canela y algo de fruta negra indefinida, un vino tirando a los clásicos, con excesiva acidez. Desenfocado.

De España a Chile y por último a Argentina. Salentein 2004 del Valle de Uco, con nada menos que 15 graditos de alcohol. Higos, zarzamora, pimienta negra, final tánico, sus alcoholes están bien integrados aunque no sé qué pasará con dos botellas adentro.

Por último un Luigi Bosca 2005. Recuerdo aquellos memorables chardonnay de principios de los noventa. Es un vino que al principio percibí algo de cartón mojado, pero después se limpia y abre con mucha fruta negra y pimienta, un vino de corte moderno que ha gustado a la mayoría. Frutal y potente. Repetible.