Archivos para diciembre, 2015

DAVID MORENOEste año que está por terminar, tiene muchos vinos que he dejado en el tintero, a veces por falta de tiempo y la mayoría por pereza y porque no hay mucho que contar de algunos vinos. Empezaré por un vino que me regalaron para que lo probara in situ. In situ me refiero al restaurante y no a la bodega. Se trata de un riojano: David Moreno, cuya añada no anoté porque no encontré el dato en la etiqueta, posiblemente esté indicada en la contraetiqueta, pero ya fue demasiado tarde como para ir por ella  al depósito de basura.  Huele a ciruela en sazón, de  boca frutal, equilibrio entre : tanino, alcohol y acidez. Buen paso de boca y final largo. Un vino correcto y que sin problemas repeCASA DE LA ERMITAtiría con el mismo menú: pizza.

Lo que todavía no me explico es por qué en ese afán de la originalidad omiten información en la etiqueta..
No tendrían por qué dejar de indicar un dato tan importante como la añada.

Otro vinito que probé ayer en la cena navideña y volví a descorchar en el recalentado, es el Casa de La Ermita 2012, donde también se repite la misma historia. No hay añada al frente de la botella. La falta de información pudiera ser un punto medular a la hora de la elección de un vino. La situación empeora en algunas bodegas dentro de su página web. Hay algunas que francamente guardan celosamente datos como: características del viñedo, vinificación y crianza. En cambio casi todas cuentan con notas de cata muy bien adornadas y con palabras rimbombantes que realzan las cualidades del producto.

Poner en la etiqueta. «TINTO/ RED WINE», es definitivamente rizar el rizo, pero como andan las cosas parece ser que le dan menos importancia a la añada, al grado de alcohol, o  especificar la crianza.

Siguiendo con la descripción del vino de Jumilla vinificado con monastrell y syrah; huele a arándanos, ciruela en sazón y hollejos. En boca tiene una acidez exquisita, de trago largo y taninos suaves. Muy agradable. Para comprar un par de botellas más.ROMATE VIVA LA PEPA

Dentro del menú navideño añadí una pierna de jamón, regalo de un buen amigo. He cortado varias lonchas de jamón entre la cena y el recalentado. Aunque muchos hemos comido el jamón con tinto, no hay como una buena manzanilla para tal propósito. Así que me dirigí a una de las pocas tiendas abiertas en esta fecha (25 de diciembre) y he comprado una botella de manzanilla Romate, Viva La Pepa. ¡Qué mejor maridaje  para el jamón…! Amarillo pajizo, glicérico, aromas intensos a yodo, aceituna verde, almendras y una nota salina como si estuviera a la orilla del mar. Boca amplia y profunda, final amargo, untuoso y con una excelente acidez. Marida de maravilla con el jamón, sólo faltaron las aceitunas.

¡Pues Viva la Pepa! mañana cortaré más lonchas y tal vez acabe con esta botellita, la última manzanilla de este año.

CATA 192Como todos los años en diciembre nos dispusimos a compartir seis vinos de precios altos, aunque muchas veces eso no implique que sean mejores que los «económicos». Con manteles largos y las copas dispuestas en esta ocasión fue Toro la protagonista, la cata anterior también habían sido  vinos de esta denominación. Retomamos la idea con vinos de un nivel de precio más alto. Mucha gente está convencida de que los vinos «caros» son mucho mejores, idea que mueve la economía en la mayor parte del Mundo. Hubo sólo una excepción y fue un chileno que quedó un poco rezagado, al último ya cuando la lengua daba señales de entumecimiento después de tanto tanino agreste.

Pintia 2008. Con un año de crianza, 70% en roble francés y el resto en americano, y sus 15% de alcohol. Huele a cerezas en licor, con notas de zarzamora, no sé por qué últimamente todo me huele a zarzamora. En boca es astringente, de esa astringencia propia de la madera, como cuando se chupa el palo de las paletas… y alcohol no integrado. Es que 15 grados es bastante octanaje, creo yo.

De la famosa bodega de Ribera del Duero viene el siguiente vino, aunque éste se vinifica en Toro. Cyan Prestigio 2005. Al principio tiene un olor desagradable a cartón mojado y polvo, bonita combinación… Yo me quedé en esas aunque las caras de mis amigos no me hicieron pensar en que les hubiera desagradado. En boca tiene buena acidez, fruta, buen tanino, sin arrancar la lengua. Hay quienes encontraron aromas a dátil, cuero mojado y más fruta que yo. Yo no lo volvería a comprar. Aunque tratándose de un defecto habría que ser más justos y repetir.

Piedra Platino 2004, con 18 meses de crianza, y algo que ya se está volviendo costumbre: revolver roble francés con algo de americano. En este caso 85 y 15% respectivamente. Chocolate, regaliz, buen paso de boca y acidez aceptable. No está mal. Repetible.

Numanthia 2010. 16 meses en roble. 15% de alcohol. Un poco mudo al principio, fruta mesurada, aromas a vainilla que me imagino vienen del roble. Aunque la información es escueta, debe ser francés o una combinación con algo de americano. Astringente y final largo.

Termanthia 2009. Su hermano mayor con 18 meses en roble. Nariz discreta, fruta negra con notas de chocolate amargo y vainilla. Hay quien puso en sus notas: elegante y discreto. Hasta el momento puedo decir que una decantación previa de una hora podría sacar algo más de estos vinos con exceso de roble para mi gusto. Una opinión muy personal ya que ha gustado a todos los miembros del grupo. La pregunta sería: ¿Podría conseguir algo más por los casi 4000 pesos que piden…? Por cierto, esta botella  desde que la saqué de la cava me pareció muy pesada… Así que fui a la báscula que se usa en repostería… 1188 g cuando una botella promedio ronda los 450 g se podría usar con mucha efectividad para defensa personal. Pues hasta aquí ha llegado Toro y mis sugerencias para esta cata, ya que en esta ocasión no hice las compras directamente por cuestiones que sale de sobra que explique en este foro.

El último en el orden, sólo en eso, de Viña Santa Helena: Notas de Guarda 2009. Después del inmisericorde bombardeo de taninos a la lengua, viene este vino que a pesar de sus 14,5 grados de alcohol y sus 13 meses de roble francés, de primero y segundo uso, se siente ágil y ligero con aromas a ciruela madura, buen paso de boca y alcohol y tanino integrados. Nada que pueda ponderarse después del desfile de roble y alcohol. Aquí llegamos a la última cata de este año.

cata 191Va de Toros, de esa famosa región zamorana de aires cálidos. Para quienes han probado vinos de esta denominación, podrán coincidir de que se trata de vinos potentes,  mucho extracto, alcoholes altos y taninos rugosos. Para esos días que nos levantamos con ánimos  de un vino moderno y dejar a un lado las sutilezas. Pues bien, aquí empezamos con el primero de la tarde. Gran Colegiata Barrica 2010 de bodegas Fariña, con apenas 4 meses de barrica. Aromas a lavanda y fruta negra, un vino sin aristas, frutal; arándanos maduros, buen paso y final discreto, taninos vivos sin arrancar la lengua. Repetible.

De la misma bodega procede el segundo: Fariña 70 Aniversario 2012 con 14,5  de alcohol por volumen. Notas ahumadas y fruta negra; zarzamora. Va de más a menos, de final astringente. Repetible.

Valpiculata 2006, Hollejos, notas dulces de regaliz tanino maduro y buena acidez. Para comprar un par de botellas.

Gran Colegiata Roble Francés 2009. Fruta roja, con un alcohol poco integrado que pierde el equilibrio. Inmemorable con causa.

Gran Colegiata Campus 2008, Aromas intensos a fruta negra y notas minerales. En boca el alcohol es evidente a tal grado que rompe la armonía, taninos maduros. Inmemorable con causa.

Gran Colegiata Reserva 2008. El de precio más elevado,  por arriba de los 600 pesos (35 dólares americanos). Mermelada de zarzamora, boca frutal con una nota dulce al final. Repetible aunque por el precio quién sabe.