Archivos para febrero, 2015

CATA 184 Hoy en día existen muchas bodegas adoptando prácticas ecológicas, orgánicas y biodinámicas. Algunas, pocas, inspiradas en una filosofía profunda desde sus inicios, muchas otras, oportunistas dentro de prácticas de mercadotecnia para atraer más clientes. Sea como fuere existen diferencias entre estos conceptos. La agricultura ecológica fomenta la biodiversidad, el desarrollo y la coexistencia de distintas especies en un mismo espacio físico o hábitat. Un ejemplo dentro de la viticultura sería la plantación de otro tipo de vegetación así como pasto en los espacios entre viñas, para evitar la evaporación del agua y conservar cierta temperatura. Por otro lado los herbicidas, pesticidas y fertilizantes son reemplazados por productos naturales como los residuos de hollejos y escobajos. La maleza puede ser controlado con animales como gansos, gallinas y hasta equinos, aunque se corre el riesgo de que también se alimenten de la fruta del viñedo.
En cuanto a la parte orgánica algunos científicos consideran como orgánico a cualquier viñedo, siendo que se trata de plantas. En términos generales hay que distinguir entre uvas orgánicas, como producto del viñedo, y el proceso que abarca la vinificación dentro de la bodega. Aquí se restringe el uso de levaduras, enzimas, dióxido de sulfuro, ácidos cítrico, etc.
Por último la biodinámica se refiere a todo lo anterior sumando algo más complejo que entraría en algunas prácticas hasta cierto punto esotéricas, tales como enterrar huesos en el viñedo, arar con caballos o con bueyes, vendimiar en luna llena, etc. Dicho lo anterior, pasamos a la degustación de algunos vinos ecológicos y orgánicos.

Roganto Chardonnay 2009. Este primer blanquito no tiene nada que ver con ninguna práctica ecológica ni en el viñedo ni en la bodega. Se trata de una bodega a la que me he enfocado por sus tintos, que me parecen bastante agradables, así que decidí probar con los blancos en este tiempo que empiezan los calores pre-primaverales. Se vinifica con chardonnay y savignon blanc, dos variedades imposibles de encontrar juntas dentro de los cánones ortodoxos europeos, algo de lo que escribía (viernes 27) el señor Gerschman en su sección del periódico Reforma. Siguiendo con el Roganto, se trata de un vino que huele a lichi, y a uva, entiéndase ese olor que desprende una vez que se le quita el hollejo, con notas de durazno. En boca domina lo amargo, paso de boca potente, con alguna arista alcohólica. Repetible.
O Chardonnay 2012. Para estas alturas las cosas se fueron complicando entre la sutileza de los vinos orgánicos y el medio litro de perfume que traía puesto René. Primera regla de convivencia, y sobre todo para llegar a buen término una cata de vinos. Aromas sutiles a pétalos de rosa con notas lejanas de azahar, boca sutil y de acidez limitada. Repetible.
Adobe Reserva 2011.Tierra mojada, hojarasca, en boca es agradable y ligeramente salado al final. Parecería que en términos generales ha gustado, aunque no se refleja en las notas que escribieron. Yo me declaro incompetente, mi nariz a estas horas ha quedado saturada con el tufo que me llega de mi compañero de la izquierda.
Viñas Del Vero 2010. Fruta roja, un poco corto y con una nota de humedad. Repetible.
Nerola Syrah Garnacha 2010. Huele a chocolate, vainilla y mantequilla, en boca es ligeramente astringente de final largo. Repetible.
Pittacum 2008. Aromas intensos a refresco de cola con notas de madera y especias. De final amargo. Repetible. Buenos vinos en términos generales.
CORCHO

La promoción del vino mediante regalos a los consumidores no es muy común en el mundo del vino. Me viene a la memoria aquel espumoso con pepitas de oro, así como sacacorchos, decantadores, copas… entre otros accesorios obsequiados a la hora de la compra.

En esta ocasión no iba por vinos pero pasé por el pasillo de los tintos. Lo primero que llamó la atención fue una caja que parecía fuera de lugar. Se trataba de una caja ilustrada a la vieja usanza de los cómics de los años sesentas. La historia en sí es tan intrascendente que dudo que alguien se detenga a leerla. Una caja para una sola botella, de las que se usan con el champán,  decorada como los viejos cómics de Superman o de alguno otro personaje  retroConcha y Toro

¿Tendría Concha y Toro que echar mano de la mercadotecnia de manera tan manifiesta para atraer a los compradores…? Parecería que no. Esta gigantesca bodega chilena vende y exporta millones de botellas al año en sus diferentes presentaciones y marcas. Sería raro no encontrar vinos de esta bodega en países que importen vino chileno, y qué decir de México y  EE.UU… Todo indicaría que no hacen falta este tipo de maniobras para que Concha y Toro siga dominando un amplio mercado de vino de este país andino, para el consumo generalizado, sin reparar mucho en la calidad. Aunque ya hay algunas marcas top de la bodega, como Don Melchor.

Al revisar el diálogo de los personajes podemos darnos cuenta de que va dirigido a un público de adultos jóvenes; diría yo entre 25 y 35 años. Cualquiera que sea la motivación de quienes planearon esta campaña, es grato poder ver de vez en cuando alguna variante en el tratamiento de las botellas de algunos aburridos estantes.

cata 183 Un vistazo por los pasillos de La Europea me hizo descubrir un Cune rosado, que ni tardo ni perezoso metí al carrito, al igual que un Cune de Ribera del Duero. Sí, oyeron bien. Estos señores no pierden su tiempo en esto de la expansión y diversificación de sus productos… Me vinieron a la memoria marcas como Corimbo de Bodegas La Horra, filial de Roda, una en Ribera del Duero la otra en Haro (Rioja). Pintia en Toro, cuyas raíces vienen nada menos que de la legendaria bodega Vega Sicilia. Los Rotchild en Chile y Estados Unidos etc. etc.

Empezamos con el Cune (rosado) 2013. Los comentarios despectivos de siempre no se hicieron esperar. Yo tengo alta estima a los rosados, sobre todo si se trata de rosados con cierto carácter, aunque debo reconocer que algunos son cuasi un refresco sabor a fresa. En este caso hemos quedado bastante satisfechos; se trata de un rosado de un hermoso color frambuesa dejando ver algunas tonalidades salmón, brillante y fluido. Nariz aromática a frambuesa con una nota cítrica a mandarina. En boca es un poco amargo, mineral y refrescante. Yo compraría medía caja para beber la siguiente primavera.

De Casta 2009, de la bodega catalana Torres, un vino con largo camino recorrido; se produce desde hace 40 años. Color ocre, mucho más evolucionado que el anterior. Aromas a sandía y notas minerales. Un punto más amargo, de acidez bastante justita. Se me antoja con un queso maduro o una pasta con crema. Repetible.

Penélope Sánchez 2011. Una bodega de reciente cuño (2009). Olor químico para después dar mermelada de negra zarzamora, y una nota lejana de tocino. Final muy amargo destacando el alcohol. Inmemorable con causa.

Del Fin Del Mundo 2013. Este vino en nariz no está tan mal como en boca. Aroma floral con una nota de durazno, a ojos cerrados parecería un blanco.

Cune 2013, un ribera  singular; primario, huele a fresa, notas de sandía. En boca es de trago largo; me recuerda un poco al jarabe para la tos, me ha desconcertado un poco. Le daremos una segunda oportunidad.

Torre de Tierra 2011. Sin ninguna duda el vino de la noche. Este vino nacido en la cuna de La Independencia: Dolores Hidalgo. Hemos probado Cuna de Tierra hace poco más de un año y la verdad es que es un excelente vino. Aroma térreo, pastel de frutas, zarzamora. En boca tiene una excelente acidez, vivaracho y de final largo. Para comprar una caja. Así llegamos a la primera cata del 2015. ¡Salut…!