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188 Rioja siempre ha estado en boca de quienes disfrutan del vino alrededor del mundo, su  prestigio a rebasado fronteras. Quizás junto con Jerez la denominación de origen más  emblemática de España. Embajadora de los vinos españoles. Su estilo no es precisamente definido, como sucede con tantas otras denominaciones. Va desde las bodegas clásicas como López Heredia, Rioja Alta S.A., Muga quizás esta última dando un giro a la  modernidad con su Torre Muga, hasta los más modernos como Roda. Así que hablar de  Rioja es hablar de un abanico muy variado de estilos. Una visita por la página del Consejo  Regulador de Rioja, me ha sorprendido por la cantidad de uvas que ampara. Y apuesto  a que mucha gente, como un servidor, no sabían que hay un tempranillo blanco. Pues lo  hay. En tintas están la tempranillo con poco más de 40 mil hectáreas plantadas de las 62  mil existentes. La    garnacha tinta, graciano que poco a poco ha recuperado el terreno perdido gracias al esfuerzo de  algunos vitivinicultores como Jesús Madrazo (enólogo de  Contino)  mazuelo,  y maturana tinta.

En blancas tenemos viura, malvasía, garnacha blanca, tempranillo blanca, maturana blanca, turruntés, chardonnay, savignon blanca y verdejo. Aclaro que la turruntés no debe confundirse con la torrontés de Argentina.

Rioja junto con Priorat son las dos únicas denominaciones de origen calificadas. Dado que no tenía muy claro que significaba tal denominación, fuera de que los requisitos son aún más estrictos que en la denominación de origen, me puse a investigar y esto fue lo que encontré:

En el año de 2008 se implanta una nueva regulación para los nombres geográficos de vinos, desapareciendo los VCPRD (vinos de calidad producidos en regiones determinadas), e incorporando las DOP(denominación de origen protegida) e IGP (indicación de origen protegida). A partir de ahora el reconocimiento no será realizado por los Estados miembros, sino por la Comisión (…)

– DENOMINACIÓN DE ORIGEN CALIFICADA (DOCa); deberá cumplir, además de los requisitos exigibles a las denominaciones de origen, los siguientes:
– Que hayan transcurrido al menos diez años desde su reconocimiento como Denominación de Origen.
– Se comercialice todo el vino embotellado desde bodegas inscritas y ubicadas en la zona geográfica delimitada.
– Cuente con un sistema de control desde la producción hasta la comercialización respecto a calidad y cantidad, que incluya un control físico-químico y organoléptico por lotes homogéneos de volumen limitado.
– Está prohibida la coexistencia en la misma bodega con vinos sin derecho a la DOCa, salvo vinos de pagos calificados ubicados en su territorio.
– Ha de disponer de una delimitación cartográfica por municipios, de los terrenos aptos para producir vinos con derecho a la DOCa.

Así también existe otra clasificación superior:

– VINOS DE PAGOS: son los originarios de un «pago» entendiendo por tal el paraje o sitio rural con características edáficas y de microclima propias que lo diferencian y distinguen de otros de su entorno, conocido con un nombre vinculado de forma tradicional y notoria al cultivo de los viñedos de los que se obtienen vinos con rasgos y cualidades singulares y cuya extensión máxima será limitada reglamentariamente por la Administración competente, de acuerdo con las características propias de cada Comunidad Autónoma, y no podrá ser igual ni superior a la de ninguno de los términos municipales en cuyo territorio o territorios, si fueren más de uno, se ubique.
Se entiende que existe vinculación notoria con el cultivo de los viñedos, cuando el nombre del pago venga siendo utilizado de forma habitual en el mercado para identificar los vinos obtenidos en aquél durante un período mínimo de cinco años.
En caso de que la totalidad del pago se encuentre incluida en el ámbito territorial de una denominación de origen calificada, podrá recibir el nombre de «pago calificado», y los vinos producidos en él se denominarán «de pago calificado», siempre que acredite que cumple los requisitos exigidos a los vinos de la Denominación de Origen calificada y se encuentra inscrito en la misma.

Información obtenida de http://www.winesfromspain.com

Como pueden ver, se trata de términos que en muchas ocasiones los consumidores quedan aún más confundidos que al principio de su búsqueda. Al final lo que cuenta no está ni en las etiquetas ni en las regulaciones, por más estrictas que estas sean; sino lo que está dentro de la copa.

Empezamos con una bodega cuyos vinos me gustan mucho, sobre todo el segundo de la noche. Se trata la bodega El Coto de Rioja S.A. El primero: El Coto 2011. Doce meses en roble americano y seis en botella. Huele a tierra mojada, fruta negra. En boca es amplio y va de más a menos, acidez alta, necesita integrarse. Pasado unos minutos huele a granos de café. Repetible.

Coto de Imaz 2008. Con sus 18 días de maceración, 17 meses en roble americano, y 42 meses en vidrio; sale de la bodega después de cinco largos años de haber sido embotellado. Difícil de creer en estos tiempos que corren donde todo es instantáneo, inmediato. Además de tratarse de un vino por abajo de los 300 pesos (17 €).

En esta ocasión lo siento mudo, poco expresivo. En boca es frutal, buena acidez, tanino presente. Quizás con una decantación abra un poco más. Uno de mis riojanos favoritos me ha dejado indiferente, esta vez.

Lealtanza 2004. A pesar de sus colores de vino evolucionado; terracotas y ribetes ladrillo es un vino expresivo, equilibrado con fruta negra, buena acidez, tanino y de alcoholes integrados. Repetible.

Artadi 2010. De 24 a 48 horas de maceración y doce meses de crianza en roble francés. Me ha recordado la puntada de algunos amigos cuando dicen que llegan entre las 5 y las 7 de la tarde a una cita. La maceración entre una cifra y la otra es del doble. Tiene una nariz a tocino y cerezas, boca frutal, con buena entrada. Repetible.

Fuimos pocos a la mesa,  así que he decidido descorchar sólo cinco en lugar de los seis acostumbrados. El último es el Cune Edición Única 2007. Con dos años en roble tanto francés como americano. Sospecho que esta etiqueta la han impreso para una tirada de botellas vendidas en México, y que se trata simplemente de un reservita cuya añada les ha costado trabajo vender. Perdón, pero a veces soy muy mal pensado. Además en esto de la mercadotecnia se vale de todo. Es un vino frutal, de acidez moderada y de final largo. Nada que evoque pensamientos muy altos ni suspiros profundos. Bebible solamente.