Hay añadas que están marcadas por los recuerdos, ésta es una de ellas. No puede escapar a mi memoria la pérdida de mi madre. Que conste que escribí pérdida con tilde.
El otro día por la noche tuve la fortuna de reunirme con un amigo y su esposa, una cena de parejas. Siempre es y será grato ya que sé de antemano que habrá una buena charla. Yo había llevado dos botellas: un alsaciano vinificado con gewurtztraminer y un vino Dueto, otro más a la larga lista de vinos homónimos. El primero que me viene a la mente es aquel magnífico ejemplar de Wente y Santo Tomás, cuya añada del 97 fue casi mítica, por cierto me queda una botella. También recuerdo aquel vino que promovió el cantante Luis Miguel, más comercial que sus propias canciones… Y ahora éste, importado de España. El vino no levantó ningún suspiro. El alsaciano estuvo a la altura con un final largo y un poco amargo, que le daba carácter. Pero el vino de la noche fue sin lugar a dudas el Ojos Negros 2004.
Parafraseando al escritor Ildefonso Falcones que de alguna forma agradece al lector por darle sentido a lo que escribe, una vez que concluyen la lectura de sus libros. A mi amigo Mauricio le he regalado un libro que acabé de escribir el año pasado. Ha sido muy gratificante saber que le ha gustado y que haya dedicado tiempo para su lectura. Así las cosas, llegamos a la botella de Ojos Negros 2004. Me han sorprendido sus bríos, su frescura y su potencia, un vino que a pesar de sus once añotes sigue con taninos muy vivos, fruta a raudales y un final muy largo. Parece que su evolución es larga y que podría dar mucho más en cinco años, habría que comprobarlo. Tarea difícil ya que dudo que haya algo a la venta de esa añada.
En otro orden de ideas, como dicen los periodistas… El domingo descorché una botella de uno de mis favoritos de Burdeos por debajo de los cien dólares, aunque como no estaba seguro, por como andan las cosas, busqué en Wine Searcher y está en promedio a 1407 pesos. No es que aquí en México se encuentre, o por lo menos yo no lo he visto, simplemente es el tipo de cambio. Creo que ya no puede decirse que sea barato aunque sigue siendo una buena compra. Éste en particular resultó bastante expresivo, con un perfil moderno: mucha fruta en sazón; zarzamora, ciruela, notas de humo y madera. Sin duda merecía una decantación previa. En boca es carnoso y astringente sin lastimar la lengua. Había permanecido en bodega desde el 26 de noviembre de 2009, y hubiera podido estar evolucionando por varias primaveras. Creo yo. Dato curioso en Burdeos abundan los chateus y en Borgoña los domaines. Sin embargo este burdeos rompe la regla. Este Pessac-Léognan apelación creada apenas en el año de 1987. Y cuyas uvas son principalmente cabernet sauvignon, merlot y cabernet franc. Aunque no entra en la clasificación de 1855 con los cinco primeros es sin duda uno de los grandes.