Archivos para 11 octubre, 2011

Apenas un bebé...

Como sacada de una película de James Bond, la torre-cava de más de 4 pisos de altura (12m) luce como un coloso en la entrada del restorán Aureole en el hotel Mandalay Bay, en Las Vegas. Aunque realmente su creación fue inspirada por la serie Misión Imposible, (quién puede olvidarse de su musiquita) las wine stewards o wine angels suben y bajan por medio de cables, escogiendo los vinos elegidos por los comensales. Construida en acero inoxidable, vidrio templado y Plexiglass en los nichos, da cobijo a casi diez mil botellas.

Con una tableta electrónica es fácil escoger un vino sin perderse en un mar de países, regiones, bodegas y uvas. En cuanto vi el Morgon de Lapierre en la pantalla no lo dudé un solo instante. Era una tarea pendiente, no por falta de interés sino de existencias en el mercado mexicano. Hace un año que su productor partió de lo terrenal, y la noticia hizo eco en el mundo del vino. Un año después puedo probar este vino biodinámico de la añada 2009 en una noche especial.
Lo primero que dijo el sumiller muy convencido, fue que debía decantarlo, y como yo soy muy obediente esperé a que terminara la maniobra. La verdad es que sí necesitaba bastante aire, con todo y la decantación este vino es una lápida, muy cerrado. Apenas en su infancia; es un gamay limpio, de lo más puro que he probado en mi vida, abre poco a poco, un vino enfocado sin distracciones, directo y puro, con fruta de la mejor calidad: moras, cerezas, frambuesa, regaliz, notas de bosque y lavanda. En boca es firme de una acidez exquisita y tanino firme, final laaargo. Una verdadera delicia, como para comprar un par de cajas y gozar de su encantadora evolución.

De poco servirá quejarse, pero me molesta que cubran las contra-etiquetas con información chatarra, cuando podrían pegarlas en otra parte, quizás en el fondo de la botella 🙂 (foto)

Otro ejemplo de información chatarra en contra-etiqueta

Morgon es uno de los diez crus, cuya evolución es más lenta, llegando a la madurez en varios años. Cuando le comentaba al sumiller que necesitaba cinco años más, movió la cabeza, asegurándome que le faltaban por lo menos quince. No lo dudo, ya que alguna vez probé un gamay de 1966, que si no estaba en su mejor momento, tampoco era un cadáver, para quienes piensen que la gamay es para vinos ligeros y de poca evolución. Les puedo asegurar que están en un error.

Así que con la primera entrada probé un blanco alemán spätlese cuya marca no recuerdo, y tampoco apunté, pero decía «off dry» que podría traducirlo a abocado, o por lo menos eso me pareció. Un vino de caracter floral bien maridado con un fuagrás, para después darle entrada a un atún sellado sobre cama de papas, que le vino de maravilla al Morgon, en honor a Mr. Lapierre. ¡Salud!

Para quienes quieran recordar tiempos pasados… y la monótona musiquita.