No todo lo que brilla…

Publicado: 14 octubre, 2010 en Reflexiones, Vino y amigos
Etiquetas:

Desde que empecé a interesarme en el mundo del vino, leyendo y probando, ha habido mucha gente que me pide consejo sobre alguna supuesta grandiosa colección de botellas heredada o dada en pago por alguna razón. No es raro que entre alguna de ellas sean rescatables verdaderas joyas. Recuerdo aquel mítico Marqués de Riscal 1947 perdido entre botellas de champán comerciales y con el nivel a la mitad. En esa misma colección un Viña Tondonia cuya añada no quedó muy clara (1913-1914) a cambio de eso apuntaba en la etiqueta que se trataba del «sexto año de plantación». Ya he mandado un correo a Ma. José López Heredia, para saber de que se trata. Estoy seguro de que habrá una historia detrás que pueda contar en este espacio.
De otra tanda de vinos conservo recuerdos de aquel Martínez Lacuesta Reserva Especial 1922. De esta colección todavía hay algunas botellas en mi bodega a pesar de mis amigos y de varias «operaciones escoba» para ir gastando algo de lo que sobra o de las botellas que pienso que van en plena picada. Hace poco menos de una semana me invitó un amigo a que echara el ojo a una tanda de vinos de un restaurante. Su hermano quería vender algunas de esas botellas y él no tenía idea del precio. Se trata de una colección de vinos mexicanos en su mayoría, con algunas excepciones, como tres o cuatro botellas de Cabo de Hornos de distintas añadas entre otras botellas riojanas.

Difícil interpretar el valor de algunos lotes, en primer lugar porque soy un aficionado. En su mayoría las botellas de este lote tenían buen nivel, todas arriba del hombro, aunque las etiquetas estaban bastante deterioradas. No es que yo en lo personal me fije mucho en eso pero definitivamente puede repercutir en el precio. Pero hagamos un paréntesis… ¿Qué valor se puede dar a una botella teniendo sólo en cuenta el precio de la misma, pero de una añada más reciente en tienda? ¿Cuánta gente estará dispuesta a comprar una botella con la etiqueta deteriorada, sin factura? Son preguntas difíciles de responder. No es lo mismo llevar a Christie´s una caja de Haut Brion 1964 en perfectas condiciones de guarda, que unas botellas casi olvidadas en el sótano de la abuela. La mayoría de la gente piensa que tiene un gran tesoro, y se decepciona al saber la realidad, aunque también hay gente que no tiene ningún interés en el vino y cuenta por alguna extraña razón con una colección interesante. Mi legado podrá ser modesto, pero esmeradamente escogido y cuidado. ¡Ojalá que mis hijos sepan apreciarlo!

Deja un comentario